"El término Demiurgo (artesano en griego) fue acuñado por el filósofo griego Platón para referirse al creador del mundo material imperfecto. El nombre fue luego retomado por la mayoría de escuelas gnósticas para referirse al dios de la Materia, creador del universo físico y, en general, visto como un ente malvado o, cuando menos, imperfecto.
En la doctrina gnóstica el Demiurgo era hijo de la diosa Sofía (la Sabiduría) hija del Dios de la Luz o Absoluto Inmanifiesto, es decir, el Dios Verdadero más allá de la materia. En la doctrina del heresiarca gnóstico Marción, el Demiurgo es un dios demoniaco adorado por los judíos, el dios del Antiguo Testamento, sin relación alguna con Jesús, quien es el hijo del Dios de Luz. Para Marción había tal incompatibilidad entre judaísmo y cristianismo que eran dos religiones totalmente diferentes y que solo tenían en común la zona geográfica.